Frases Para Enfermos En Recuperación
Cuando estamos con alguna persona que padece una enfermedad no encontramos las palabras adecuadas para compadecernos o desearle sanación sin posiblemente herir sus sentimientos.
Recordemos que las palabras son poderosas y cada vez que pronunciamos algo indebido llegar más rápidamente al corazón que cualquier otra cosa. En ese sentido, en esta oportunidad les traemos frases para enfermos en recuperación, que le ayudarán al convaleciente a tener pensamientos más positivos para levantarse de su sufrimiento.
Frases para enfermos en recuperación
Recordemos que si lo que deseamos es hacerle sentir al enfermo nuestros sentimientos, debemos expresarnos de la manera más adecuada. A veces no conseguimos esas palabras. Nos enredamos y terminamos diciendo aquello que puede no llegar a decir todo lo que deseamos hacer saber a quién padece alguna enfermedad.
Por otro lado, también sabemos que las palabras sanan. Es por ese motivo que también expresarnos de la mejor forma puede traerle bienestar a quienes adolecen.
Es importante añadir que si a estas frases le agregamos o citamos versículos de la Biblia, podremos dar un aliento más poderoso a quien lo necesita.
A continuación compartimos frases para cada momento y situación con algún allegado que padezca una enfermedad:
- (Isaías 41:10) No temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.
Espero que poco a poco vayas sintiéndote mejor. Aunque es una mala noticia apóyate en nosotros pero recuerda que el Señor nos dice: porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.
- (Corintios 12:9-10) Pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad». Por lo tanto, gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo. Por eso me regocijo en debilidades, insultos, privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo; porque, cuando soy débil, entonces soy fuerte.
En los peores momentos te fortaleces porque Dios dijo que con su gracia basta, pues su poder se perfecciona con la debilidad. Por eso regocíjate en Él porque entonces cuando eres débil te fortaleces.
- (Isaías 40:28-29) ¿Acaso no lo sabes? ¿Acaso no te has enterado? El Señor es el Dios eterno, creador de los confines de la tierra. No se cansa ni se fatiga, y su inteligencia es insondable. Él fortalece al cansado y acrecienta las fuerzas del débil.
Para nuestro Señor no hay nada que no pueda lograr. Él no se cansa, no se fatiga. Coloca en sus manos tu sufrimiento y verás que con fe te sanarás. Porque Él fortalece al cansado y acrecienta las fuerzas del débil.
- (Éxodo 15:26) Yo soy el Señor, que les devuelve la salud.
Espero que te sientas mucho mejor. Que sanes pronto, sin embargo te sugiero que abras tu corazón a Dios que Él es quien tiene el poder de devolver la salud.
- (Éxodo 23:25) Adora al Señor tu Dios, y él bendecirá tu pan y tu agua. «Yo apartaré de ustedes toda enfermedad»
Sé que te sientes muy mal y que por eso recurres al médico con frecuencia. Dios bendice las manos del médico que te atiende. Como nos dice en la Santa Biblia, hay que adorar al Señor y Él bendecirá tu pan y tu agua. Nuestro Padre es capaz de apartar de ti toda enfermedad y sanarás pronto en su nombre.
- (Salmo 107:19-20) En su angustia clamaron al Señor, y él los salvó de su aflicción. Envió su palabra para sanarlos, y así los rescató del sepulcro.
Comprendo tu angustia. Oraré para que el Señor te salve de tu aflicción. Entonces enviará su palabra para sanarte, y te dará la oportunidad de vivir. Verás que la fe es poderosa.
- (Proverbios 4:20-22) Hijo mío, atiende a mis consejos; escucha atentamente lo que digo. No pierdas de vista mis palabras; guárdalas muy dentro de tu corazón. Ellas dan vida a quienes las hallan; son la salud del cuerpo.
No hay mejor cura para tu agonía que la palabra de nuestro Padre Salvador. Escúchalo y regocíjate en su palabra, guárdalas en tu corazón. Ellas darán salud a tu cuerpo y por lo tanto vivirás.
- (Isaías 53:4-5) Ciertamente él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores, pero nosotros lo consideramos herido, golpeado por Dios, y humillado.
Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades; sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados.
La paciencia no es mi cualidad más fuerte y entiendo que la tuya tampoco. Sin embargo, hoy te quiero invitar a que te llenes de la fuerza de nuestro Señor Jesucristo que murió en la cruz por nuestros pecados. Sobre Él recayeron nuestras culpas y pagó el precio de nuestra paz. Por sus heridas fuimos sanados. Así que levántate y ven a seguir la vida conmigo.
- (Marcos 10:51-52) ¿Qué quieres que haga por ti? —le preguntó. Rabí, quiero ver —respondió el ciego. Puedes irte —le dijo Jesús—; tu fe te ha sanado. Al momento recobró la vista y empezó a seguir a Jesús por el camino.
Estoy enterado de que a veces te cuesta creer. Pero hoy vengo a invitarte a tener fe. Así serás sanado. Recuerda cuando Jehová, a través de Jesús, sanó a aquél anciano de su ceguera y le dijo que su fe lo había sanado. Ten fe y saldrás de esta y todas las que surjan.
- (Santiago 5:14-15)¿Está enfermo alguno de ustedes? Haga llamar a los ancianos de la iglesia para que oren por él y lo unjan con aceite en el nombre del Señor. La oración de fe sanará al enfermo y el Señor lo levantará. Y, si ha pecado, su pecado se le perdonará.
Oraré por ti querido amigo, porque la oración es esa conversación con Dios que lleva un mensaje. Yo quiero llevarle tu mensaje, tu suplica. Que te dé salud y te haga fuerte frente a todas las adversidades.
- (Proverbios 17:22) Gran remedio es el corazón alegre, pero el ánimo decaído seca los huesos.
Vamos, ten ánimo. Levántate. Sé que no es fácil, pero debes intentarlo. Saldremos a caminar juntos y compartiremos una velada hermosa. El corazón hay que mantenerlo contento, lleno de alegría, pues el ánimo decaído seca los huesos.
- (Proverbios 23:18) Porque ciertamente hay fin, Y tu esperanza no será cortada.
Eres bastante fuerte. Te has mantenido en pié todo este tiempo. Sabes que hay un fin para tu dolor. Y tu sufrimiento terminará. En las Sagradas Escrituras nos dicen que la esperanza no serpa cortada. Es porque esa esperanza te la concede Dios.
- (Salmos 31:2) Inclina a mí tu oído, líbrame pronto; Sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para salvarme.
Tu dolor terminará pronto, aunque lo peor esté ocurriendo ahora. Si te inclinas al corazón de Dios, Él te dará la fuerza para seguir luchando. Recuerda que nuestro Padre Salvador es la roca fuerte en la que cimentamos nuestra vida. Es nuestra fortaleza para salvarnos. Tengo fe de que así obrará en ti nuestro Señor Padre, y más pronto que tarde saldrás de esta.
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