Cómo Lograr La Amistad Con Dios - Crecimiento Espiritual

Para poder establecer la amistad con Dios, toda persona debe poseer un espíritu libre y procurar que su alma esté en paz. Todo ser humano con suficiente fe y esperanza se puede considerar un amigo de Dios. Se logra ser amigo del señor cuando se hacen a un lado todos los elementos que por una u otra razón agitan o alteran la espiritualidad y se toma plena conciencia de que el único deseo que tiene el padre celestial es ofrecer su amistad pura y sincera.

Índice

Confiar plenamente en Dios

La Amistad Con Dios

Cuando se apartan de la mente y del espíritu todos esos sentimientos o pensamientos que generan confusión o ansiedad, se puede dar inicio a un nuevo ciclo de vida, que esté cargado de energías positivas y acciones caracterizadas por el amor y la bondad.

Estas actitudes agradan y llenan profundamente a Dios, esos seres humanos que pregonan constantemente el amor, la generosidad y el apoyo sin ningún tipo de interés, son considerados auténticos hijos del señor.

Este tipo de acciones garantizan totalmente la confianza de Dios en sus hijos y por consiguiente su amistad, su apoyo e incondicional protección. La amistad más pura y verdadera que puede establecer una persona es la que comparte con Dios, es el amigo más fiel, más sincero, el que siempre está dispuesto a escuchar, el que aconseja a diario sin esperar nada a cambio, en definitiva, es la silla que sostiene firmemente.

Desde temprana edad, todos los hijos de Dios deben confiar plenamente en su palabra, en su mensaje y en su obra. Al creer profundamente en Dios, la vida se torna más amigable, más generosa, lo que permite transitar su camino en paz.

Al servir a Dios mediante la ejecución de buenas acciones, brindando amor a los padres, hermanos, hijos, amigos y a todos los seres especiales que otorga la vida, se estará logrando entablar una sincera y espiritual amistad con el jefe supremo.

Si amas y llevas en tu corazón a Dios, puedes tener la plena seguridad que cuentas con su valiosa amistad. La relación amistosa con el señor no tiene fecha de caducidad, es infinita y verdadera siempre y cuando tú decidas que tiene que ser así. Si transitas el camino de la vida haciendo el bien y pregonando la paz, tu amistad con Dios no tendrá límites ni final.

Fortalecer a diario la amistad con Dios

La Amistad Con Dios

Cada día de la vida es un regalo y una bendición de Dios, el tener la oportunidad y el privilegio de poder contemplar un nuevo amanecer debe ser agradecido de manera constante y sincera.

Esta gratitud puede ser manifestada de diversas formas, como por ejemplo siendo un buen hijo, un excelente padre, una pareja afectuosa, un hermano bondadoso, un vecino solidario y un colaborador inagotable de cualquier comunidad.

Todas estas acciones cargadas de positivismo y esperanza fortalecen considerablemente la amistad con Dios, mientras él observe que tu convicción de vida es el amor, la bondad y la fe, su glorificación será total y absoluta.

Cuando conoces a Dios, automáticamente lo estas amando, cuando le brindas tu amor, estás entregado plenamente a su palabra y a su mensaje. Al otorgarle tu confianza le estas agradeciendo todo lo bueno y lo puro que gira en torno a tu existencia y al alabar constantemente todo su amor recibes toda su energía, toda su esperanza y fe.

Definitivamente Dios debe prevalecer siempre ante todo; existen personas que le dan mayor importancia en la vida a eventos superficiales, cuando realmente lo más esencial y primordial en la existencia de cualquier integrante de la humanidad es su conexión con el señor.

Si Dios está siempre de primero en tu vida, el camino se tornará mucho más agradable y provechoso. El agradecerle a diario todo lo bueno que te ocurre es una manera de estrechar aún más tu relación de amistad con él, al amar a la vida, a tu familia y a todos tus seres queridos estarás ganándote para la eternidad su amor y protección divina.Dios es amor

Tu mejor amigo en el mundo espiritual y terrenal es Dios, cada segundo, minuto, hora y día de la vida él se encuentra a tu lado. Te acompaña en cada paso que efectúas, en cada acción que realizas, en cada decisión que tomas, en cada error que cometes.

Por ello el Señor Padre es tu fiel compañía y esa bendición debes retribuirla haciendo el bien en todo momento, en contar siempre con una sonrisa, en ofrecer y estrechar siempre tu mano amiga, en ser sincero, constante y bondadoso.

Debes estar siempre agradecido con Dios por llenar tu ser, tu alma, tu corazón y tu vida. Contar con la amistad del jefe supremo de la humanidad es un regalo divino, es una relación que alimenta y fortalece a diario al espíritu.

La relación de amistad con Dios es el acto más puro y real que existe, allí no tiene cabida la mentira, la maldad ni la traición, por el contrario impera siempre el amor, la sinceridad, el afecto, la esperanza y la fe.

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