Oración de la mañana para dar gracias a dios por todo
Cada mañana nos despertamos para iniciar nuestro día con la alegría de saber que Dios está en cuanto nos rodea protegiéndonos de todo mal. Guía nuestros pasos y los limpia del lodo del mal camino. Por eso, debemos agradecer siempre al Señor que nos llene de luz, y si en algún momento nos sentimos desesperanzados, afligidos, cansados, la Oración de la mañana para dar gracias a dios por todo, nos servirá para sentir su eterno y cálido abrazo.
Oración de la mañana para dar gracias a dios por todo
Señor Abrígame en tu brazo, En tu corazón llévame siempre. No abandones mi andar ¡Oh, Señor! en este nuevo día que inicia. Que tu sol me ilumine. Que tus nubes me sigan. Que tu brisa se haga frescura para andar con tu caricia paternal. ¡Oh, Señor! te agradezco por un día más Por hacer de mí, una persona de bien.
Por regalarme cada mañana tus rayos de sol. Por regalarme la lluvia también. Por servir mi mesa y no dejarme sin pan. Dios mío, gracias por darme tu amor Y protegerme en todo momento Por proteger a mi familia A mis hijos darle la sabiduría para salir adelante A mis padres la salud Agradezco señor, que este nuevo día yo pueda cumplir con éxito cada uno de mis propósitos Que en mi trabajo estemos todos llenos de armonía y felicidad.
¡Oh, Señor! te pido por mis compañeros de trabajo, por mi jefe, para que les des la capacidad de entender y ejecutar bien todos sus proyectos. Señor te agradezco por mi trabajo. Te agradezco por hacer de mí una persona justa y honesta Y que cada día brille en mí tu Gloria.
Que todos los días me levante para hacer tu voluntad, Señor Y glorificarte y bendecirte, Señor. Señor Dios, reina en mi corazón y sepulta todo sentimiento que me haga daño. Aparta de mí todo lo que pueda entorpecer tus designios escritos por ti para mí.
Aparta la tristeza y la desesperanza, Señor. Bríndame la sabiduría que brota de tu corazón. Que todo lo que hoy diga y haga, y todo lo que de mi lengua salga, sean palabras y acciones cultas. Hazme hoy, una persona que no ofenda al prójimo Que le tienda la mano al desvalido y ayude a levantarse.
Señor, todo eso y más te pido Y por todo siempre te agradeceré Porque tú eres dador Padre, pero yo te retribuyo Glorificándote Porque no hay otro, Señor. No le serviré a otro rey que tu, mi verdadero Rey. Gracias Señor por todo, por tu amor y grandeza en mi vida. Amén.
Comunicarnos con nuestro Señor

Antes de iniciar, vamos a conocer la definición de la oración, rezo o plegaria. No es más que una forma de conversación que establecemos con Dios. Como Él no está físicamente, encontramos la manera de hablarle a través de nuestros corazones. Por eso, cuando oramos permanecemos en silencio, para poder dialogar con Jehova y que escuche lo que dicen nuestros corazones. Juntamos las manos o las extendemos arriba para que vea que estamos limpios de rencores, de cualquier sentimiento o culpa.
Cuando queremos comunicarle algo a nuestro Padre creador, adoptamos una postura reverencial ante Él, porque estamos ante su presencia. Ante la presencia de un rey. Del rey de los reyes.
En ese sentido, para demostrarle nuestro agradecimiento al Señor, también se lo hacemos saber desde el corazón, y adoptamos estas posturas reverenciales ante nuestro Rey. Y guardamos silencio ante su forma y figura, presente en todo lo que nos rodea, en todo lo que vemos en la naturaleza, incluyendo en nuestros hermanos o nuestro prójimo. Orar junto a ellos, también resulta acogedor, pues es la reunión de la familia en Dios, elevando plegarias por los nuestros.
Prepararnos para agradecer al Señor las primeras horas del día
Si nos proponemos orar por un nuevo día, lo mejor es que sigamos un pequeño ritual en el que nos haremos uno con Dios. Abriremos la ventana de nuestra habitación, o el sitio en el que nos sintamos más cómodos al momento de formular nuestra petición o acción de agradecimiento. El sol entrará a nuestra casa y agradeceremos por su luz, que de Dios proviene.
Entonces, nos sentaremos en el sitio más adecuado, o nos arrodillaremos, depende también de cómo estemos más cómodos, e iniciaremos una pequeña reflexión. Por otro lado, sentiremos cómo la brisa que se cuela por las ventanas, forma parte de su gracia. Lo sentiremos en nuestros corazones y se forjará en nosotros, la paz que nos seguirá todo el día, para de esa forma, emprender todos lo que nos proponemos.
Debemos agradecerle a Dios, porque sólo de Él nos viene lo bueno.
Sólo Él nos concederá el bienestar y el éxito del que depende nuestro trabajo, nuestro quehacer en el hogar, con nuestros hijos, con nuestra familia.
Primeramente, reflexionemos. Pidamos perdón por nuestros errores pasados. Limpiamos nuestra mente y corazón de impurezas, malos pensamientos, rencor, envidia y todo sentimiento que no sea inherente a Dios. Esos pensamientos recurrentes que nos envenenan, debemos sacarlos en nombre de Dios, para poder emprender nuestro camino por la senda del bien.
Seguidamente, cerramos los ojos y respiramos la brisa. Sentimos su amor ahondando en nuestros corazones. Empezamos a sentir su Gloria. Y posteriormente, iniciamos nuestra oración. En ese sentido, los invitamos a leer la siguiente oración, para que cada día Dios se haga partícipe de su historia. Para que sepa cuán agradecido está por la vida que le concede, porque hay que estar siempre agradecidos con la vida, pese a las dificultades. Además, nosotros podemos resolver nuestros problemas si tenemos a Jehova en nuestros corazones.
Él abunda en nuestras vidas para hacernos personas más gratas, más felices, amorosas y compasivas. Tratar de ser como Él para que podamos irradiar todas esas cosas hermosas en nuestra familia, amigos, vecinos, compañeros de trabajo y otros. A continuación, practiquemos todo lo anteriormente expuesto, y repitamos en nuestros corazones las siguientes palabras con fe.
La gratitud
Dar las gracias, es una cualidad que nos hace más que educados, personas que saben apreciar lo pequeño, lo que se nos da y que recibimos con toda la humildad que reina en nuestros corazones. La gratitud nos permite vivir en armonía con nuestro entorno y con mucho bienestar. Pero, ser agradecidos con Dios nos brinda algo más, nos brinda su confianza en que lo que Él nos provee, nosotros lo cosechamos por ser buenos. Una vez terminada la oración recapacitemos en todo lo que ella contiene.
Le dimos gracias a nuestro Señor y Él se sentirá retribuido. Sentirá que merecemos todo su favor, porque sabe que somos agradecidos con su benevolencia. Que su amor es recibido en nuestros corazones y tenemos salud gracias a Él. Tenemos una familia hermosa gracias a Él. Tenemos un empleo o lograremos encontrar uno, gracias a Él. Cada día, luego de despertar repite esta oración y sentirán que eres lleno, completo, y que Dios te concederá todo lo que te hace feliz.
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