¿Qué Es Un Decreto Bíblico Y Cómo Hacerlo?
Desde el punto de vista religioso, un decreto bíblico es una resolución o propósito establecido de acuerdo a la sabiduría de Dios, en la cual, dado todo su poder, conocimiento y amor a sus creaciones, establece algo como cierto, ejecutándolo de tal forma.
En la actualidad, muchas personas han adquirido la costumbre de decretar cosas en el nombre de Dios, para darle mayor fuerza a sus peticiones y que el Padre escuche sus súplicas e interceda por ellos para lograr satisfacer todas sus ambiciones o necesidades, intentando sobreponerse de este modo sobre la voluntad de Dios de una forma vanidosa.
En este sentido, es importante identificar en el evangelio de Dios qué es un decreto bíblico y cómo hacerlo de acuerdo a las ordenanzas enseñadas por Jesús, si planteas correctamente tus súplicas o anhelos, podrías tener el respaldo de Dios y una respuesta de acuerdo a tus necesidades.
- Decreto significado bíblico
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Características de un decreto bíblico
- Los decretos de Dios son correctos
- Los decretos de Dios reflejan su voluntad
- Todo lo existente ha sido decretado de acuerdo a la voluntad de Dios
- El autor de los pecados no es Dios, el hombre es el responsable de sus acciones
- A pesar de que todo está decretado, aún es necesaria la predicación
- Los decretos de Dios son inalterables
- Declaro y decreto es bíblico
- Ejemplo de decreto bíblico
Decreto significado bíblico
Los decretos según el significado bíblico, son todas aquellas disposiciones que nos ha dado Dios fundamentado en su conocimiento, de este modo, un decreto es una resolución dada por el Señor analizando sus consecuencias, sus propósitos, alcances y formas de ejecutar, intercediendo de esta forma para que ocurra un evento.
De esta forma, se puede afirmar que todo lo que ocurre en el entorno es obra y creación de Dios Todopoderoso, el cual ha decretado dichas acciones con un propósito dado. Sin embargo, a pesar de eso, no se puede culpar al Padre por los pecados cometidos por el hombre, a pesar que él sabía que iban a ocurrir, lo asintió con una finalidad dada, sea el aprendizaje del hombre o el resultado de sus acciones. Dios sabe todo lo que pasará con sus creaciones.
Características de un decreto bíblico
De acuerdo a los estudios bíblicos del evangelio, se pueden conocer las cualidades que poseen los decretos de Dios de acuerdo a la palabra de Jesús, su hijo.
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Los decretos de Dios son correctos
Para Dios, todas las acciones decretadas por son minuciosamente planificadas y estudiadas, evitando toda posibilidad de error o accidente en la toma de decisiones. Todo lo que ocurre en la tierra está marcado por la perfección de Dios y tiene un propósito fundamentado, sea premiar o reprender acciones de sus creaciones.
Dios tiene la capacidad de idear decisiones sabias y perfectas, nunca se debe poner en duda su perfección, él no tomaría decisiones incorrectas.
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Los decretos de Dios reflejan su voluntad
Para Dios no existen límites que restrinjan sus acciones, él es el Señor y creador de todo lo existente y tiene el poder de ejecutar su palabra de acuerdo a su voluntad y sabiduría. No existe nada que Dios no pueda hacer, ni nadie que pueda contener sus decisiones, él es todopoderoso.
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Todo lo existente ha sido decretado de acuerdo a la voluntad de Dios
Dios, en su condición de creador del hombre y todo lo relacionado con ellos, ha decretado desde su sabiduría todo aquello concebido, ya sea de forma directa o permitiendo la intercepción de otros factores que puedan originar una acción, sea una bendición o una desgracia.
Dios ha determinado todas las cosas que suceden en la tierra, sea el nacimiento de una persona o su fallecimiento, así como enfermedades y fenómenos que puedan atentar contra sus creaciones, todo lo existente ocurre de acuerdo a los propósitos de Dios.
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El autor de los pecados no es Dios, el hombre es el responsable de sus acciones
Aunque muchos hombres suelen relacionar los decretos de Dios con sus acciones pecaminosas, Dios no es el autor de las faltas cometidos por el hombre, aunque él organice todo lo que ocurre alrededor de sus creaciones, estas actuarán bajo su propia tentación.
«Cuando el hombre se sienta tentado a pecar, este no debe pensar que es tentado por la mano de Dios, porque Dios no es tentado a pecar ni tiene la necesidad de tentar al hombre. Este es tentado por sus malos pensamientos que o atraen y seducen a pecar» (Santiago 1:13-14).
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A pesar de que todo está decretado, aún es necesaria la predicación
A pesar de muchos creen erróneamente que por estar ya todo decretado, no es necesario predicar, esto es así. Los decretos de Dios no le restan sentido a la oración, él a la hora de tomar sus decisiones conoce cuáles serán tus acciones, si oras con el corazón él te ayudará ante tus súplicas. Si pides con fe, tarde o temprano Dios te dará lo que quieres - si realmente es conveniente para ti -, solo no dejes de creer en él.
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Los decretos de Dios son inalterables
Dios, al momento de realizar sus decretos, los analizó y planifico de acuerdo a su sabiduría y poder, siendo inalterable su voluntad. Él ya ha previsto todas las acciones de los hombres y, de acuerdo a eso, ha desarrollado sus planes de acuerdo a sus mandamientos.
No debes culpar al Padre o al Hijo por las cosas que te puedan suceder que, desde tu punto de vista, no sean favorables. Todas las decisiones de Dios son inalterables y tienen una finalidad y sustento.
Declaro y decreto es bíblico
Declarar, desde el punto de vista bíblico, consiste en exponer o dar a conocer un hecho o acontecimiento, entre ellos la Palabra de Dios, esto sin manipular su contenido con fines personales. Declarar es correcto cuando no se afectan los mandamientos u ordenanzas de Dios, es decir, no sea alterada la información que se busca explicar, evitando comentarios personales que puedan cambiar su significado.
De esta forma, al emitir comentarios como «Dios dice», «Jesús expresa», «la biblia señala», «según el evangelio», estarás realizando declaraciones, que, si no son manipuladas, tendrán el visto bueno de Dios.
Por otra parte, aunque muchos hombres consideren que decretar es errado o no, los decretos personales no tienen ningún sustento en la biblia, la cual utiliza estas definiciones para referirse únicamente a los mandatos de Dios, al emperador romano en relación con las sentencias sobre Jerusalén y las promulgaciones de los judíos.
Para la Santa Biblia la palabra decreto se refiere principalmente a los «Mandamientos de Dios», sin reflejar ningún sustento o poder sobre su empleo con fines personales. Por tal motivo, se considera indebido hacer decretos bajo juicio personal debido a que ya todo ha sido decretado por Dios – incluyendo las ordenes espirituales y materiales – y a que toda ordenanza humana no puede violentar los decretos establecidos por Dios.
Ejemplo de decreto bíblico
Aunque decretar de forma personal no es del todo bíblico, esto se puede realizar para sustentar la palabra de Dios siempre que esta no sea alterada ni contradiga sus deseos definidos en sus mandamientos y planes para sus creaciones.
Dios ya ha decretado previamente todo lo que ha pasado o pasará en torno a sus creaciones, entre estos decretos se encuentran la creación del universo y todas las formas de vida (Génesis 1-2), las estaciones del año (Génesis 8:22), las demarcaciones de las regiones y las zonas de residencia del hombre (Hechos 17.26), el tiempo de vida del hombre (Job 14:5) y los gobernantes de las naciones (Romanos 13:1; Daniel 4_34-35).
Por su parte, declarar puede ayudar a reforzar la palabra de Dios, siempre y cuando esta acción este fundamentada en sus palabras y principios. No se debe declarar algo que atente contra la voluntad de Dios o refleje sentimientos negativos.
Entre los ejemplos fundamentados de declaraciones, se encuentran:
- Según Juan 17:20-21, Jesús dice: «No te pido solamente por ellos, sino por todos los que tiene fe en mí al oír el mensaje. Te pido que todos estén unidos, como Dios está unido a mí y a ti, ellos deben unirse a nosotros para que el mundo vea que me enviaste».
- De acuerdo a Génesis 21:22 «Dios está contigo en todo lo que haces».
De esta forma se declara la palabra de Dios y sus ordenanzas, esto sin manipular o alterar la información sustentada en la Santa Biblia.
Entre los ejemplos no fundamentados de declaraciones, se encuentran:
- Yo declaro que Dios me librará de mis problemas económicos y conseguiré pronto un trabajo estable.
- Yo decreto este día lleno de felicidad, salud, prosperidad y armonía.
Este tipo de declaraciones no son recomendables debido a que Dios no nos ha enviado a proclamar deseos personales, sino a dar testimonio de su palabra. Si él considera necesario cumplir esos deseos, lo decretará.
Muchos de los errores que comete el hombre al momento de declarar o decretar algo en sus oraciones o plegarias, es debido a anhelos personales que manipulan la información buscando satisfacer deseos individuales y atentar en algunos casos contra la voluntad de Dios. Si va a decretar o declarar algo, no manipule la información y solo testifique de forma fidedigna el evangelio y la palabra de Dios.
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