¿Qué Es Un Guerrero De Dios? 10 Características Y Cualidades
Un guerrero de Dios es un hombre que posee un espíritu vivo, lleno de fuerza y energía para definir y promover de forma incesante todas sus habilidades y dones, mejorando su actividad física, espiritual y mental y poniendo todos sus resultados a disposición de Dios para su lucha en la tierra.
Ser un guerrero de Dios, más allá de luchar contra otros hombres, es combatir todos los temores existentes que afecten tu alma y espíritu, es tener confianza en todos los dones y habilidades que te ha dado Dios para enfrentar todos tus retos y logres caminar siempre pos sus senderos sin apartarte del Padre, aprendiendo de todos los éxitos y fracasos para sacar provecho de todas las experiencias y fortalecerte.
Aunque existen muchas dudas sobre qué es un guerrero de Dios y cómo se puede lograr desarrollar todas las habilidades necesarias para luchar por el Padre, muchas de las incertidumbres se pueden aclarar siguiendo de cerca el mensaje divino del Señor, aprenderás que con fe en él lograrás enfrentar todos los retos que se te presenten, superando todos los retos.
Guerreros de Dios en las Sagradas Escrituras
En la biblia, se muestra a Dios como un Dios de los ejércitos y milicia, por lo que todos sus hijos y seguidores fieles son guerreros del Señor en alma y espíritu, liberándose junto a su guía de todas las batallas que busquen perjudicarlos y alejarlos de sus caminos.
Durante la historia de los hombres, se han elegido diversos guerreros especiales que, por su fervor y fortaleza, recibían la gracia del Señor para representarlo y defender su palabra, siendo el más conocido el rey David, el cual logró salir victorioso en guerras donde era superado en ejércitos, pero por la unción de Dios lograba la victoria en su nombre.
Los guerreros son personas fuertes de espíritu, fructificas, creyentes de corazón, con un enfoque claro y con temor solo a Dios, dispuestos a dar todo de sí para defender sus ideales y enfrentar las injusticias del hombre sobre los hijos del Padre, cumpliendo de esta forma su mandato sobre la tierra.
Características y cualidades de un guerrero de Dios
- Conoce sus capacidades y es fuente de luz interna: logrando desarrollarse a sí mismos, fortaleciendo sus habilidades y autoestima, siendo un factor importante para salir victoriosos conocer el terreno de lucha, resaltando tu «yo interno».
- Domina sus temores internos: para poder salir victoriosos en el combate se deben superar todos aquellos miedos que buscan estancar y opacar los dones y potenciales del hombre; para lograr luchar por Dios primero se deben derrotar los temores y obstáculos internos.
- Es persistente: sus acciones están guiadas por su pasión y deseos de prosperar, dando lo mejor de sí, incluso cuando la lucha se ponga difícil y todo parezca venirse abajo; no se dará por vencido ante los fracasos que utilizará para fortalecerse.
- Es honesto y ama la verdad: sus acciones reflejan la realidad y no buscan engañar o reflejar algo que no son, la verdad y su fe son sus banderas de batalla.
- Actúa por convicción: conocen e identifican todo su potencial, desafiando todos los obstáculos y confiando en lo que su corazón le sugiere de acuerdo a los mandatos de Dios.
- Vive y actúa por amor: reconoce el amor al prójimo como parte de su vida y sabiduría, siendo el arma más poderosa en un mundo lleno de maldad, egoísmo y obscuridad.
- Selecciona sus batallas sabiamente: conoce sus capacidades y sabe identificar la importancia de las luchas, así como el momento idóneo para enfrentarlas.
- Es paciente: confía plenamente en el tiempo de Dios y sabe administrar sus recursos de forma sabia para no desperdiciarlos, esperando de este modo que las condiciones estén dadas para actuar y salir victorioso.
- Acepta su entorno: evita emitir juicios y opiniones personales para confiarse y demostrar una falsa fortaleza, aceptando la voluntad de Dios sin oponerse.
- Es empático: tiene la capacidad de ponerse en el lugar de prójimo, reconociendo sus problemas sin sentirse superior a otros hombres.
Los guerreros de Dios son los hombres elegidos para defender su palabra y salvar las almas de la perdición, no obstante, a pesar de todos los hijos del Padre han sido llamados para formar padre su ejército, muy pocos logran seguir el ejemplo de Jesús y luchar por Dios en la tierra.
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